lunes, 22 de septiembre de 2014

PRIMEROS AUXILIOS: Cuatro minutos de oro para salvar una vida


Los primeros 4 minutos a partir del instante en que una persona pierde el conocimiemto son cruciales para que les den reanimación y sobreviva a la muerte súbita. Se necesita que más personas se capaciten en técnicas de reanimación cardiopulmonar y que haya más dispositivos, llamados defibriladores externos automáticos, en lugares públicos para que se aumenten las posibilidades de que el afectado llegue con vida al hospital y acceda a un tratamiento adecuado, según aconsejan la Federación Argentina de Cardiología y la Fundación Cardiológica, que es el brazo a la comunidad de la Sociedad Argentina de Cardiología.

La recomendación se hizo pública a partir de dos casos recientes de muertes súbitas que impactaron a la opinión pública. El domingo pasado Ezequiel Ponce, un joven de 27 años, murió luego de correr un maratón en Córdoba. El miércoles también falleció por muerte súbita Beltrán Bombau, de 14 años, durante una competencia intercolegial en el porteño Club de Amigos.
Se calcula que en Argentina mueren más de 40 mil personas por año por muerte súbita, según informó Gustavo Cerezo, vicepresidente de la Federación Argentina de Cardiología. Mucho se puede hacer en prevención primaria: evitar el consumo de tabaco, controlar la hipertensión, el colesterol alterado, la diabetes y bajar el sobrepeso. Aunque hay factores de riesgo no modificables: la edad (es más frecuente entre 40 y 65 años), ser varón, tener antecedentes familiares de enfermedad coronaria y factores genéticos. En un 5% de los casos se produce en personas jóvenes sin ningún factor de riesgo conocido.

Mucho también se puede hacer en prevención secundaria: se necesita que las personas cercanas a los afectados estén capacitadas en las técnicas de reanimación cardiopulmonar y que se cuente con defibriladores que le dan una descarga eléctrica al corazón y le permiten recuperar su ritmo hasta que llega la ambulancia. Aunque se trata de un aparato caro: cuesta unos 2.500 dólares. “Es clave que alguien le brinde al afectado las maniobras de reanimación dentro de los 4 minutos de la pérdida de conocimiento, ya que permitirá que el óxigeno vuelva a llegarle al cerebro. A los 4 minutos, empieza a producir una lesión cerebral que lleva a la muerte o al coma”, dijo a Clarín Alejandro Cherro, vicepresidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas.

El 70% de las muertes súbitas ocurren fuera del hospital: en la calle, el trabajo, el campo de deportes o el supermercado. “En la mayoría de los casos, hay cerca un amigo, un familiar o compañero de trabajo. El 30% son desconocidos. Por definición, aprender reanimación cardiopulmonar es un acto eminentemente solidario: uno nunca podría hacérselo a sí mismo”, resaltó Daniel López Rosetti, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés y uno de los impulsores de la ley de reanimación cardiopulmonar que fue sancionada por unanimidad en el Congreso en 2012. La norma obliga a enseñar las técnicas de reanimación a los profesores y estudiantes de escuelas secundarias. Sin embargo, aún no está reglamentada por el Ministerio de Educación de la Nación ni tampoco por las provincias, según López Rosetti. Se sabe que por cada minuto que la víctima pasa sin recibir atención pierde 10% de chances de ser reanimado.

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