lunes, 22 de septiembre de 2014

8 razones por las cuales no estás eliminando grasa abdominal


Querer deshacernos del exceso de grasa en esta área es importante no sólo por cuestiones estéticas, sino que es esencial también para nuestra salud: la típica “panza” es el primer paso a numerosos trastornos de salud, incluyendo problemas cardíacos, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.

¿Hacés dieta y ejercicio pero aún no lográs eliminar la grasa abdominal? Existen muchas razones que podrían explicar por qué no estás alcanzando este objetivo. Te contamos las principales:

1- Ejercicio equivocado
Salir a correr o ir a una clase de de aerobics es una gran actividad para nuestro corazón, pero lo cierto es que este tipo de ejercicios por sí solos no hacen mucho por nuestra cintura. La clave, según señalan los especialistas, está en combinar entrenamiento cardiovascular y entrenamiento con pesas. Esto se debe a que el entrenamiento con pesas incrementa la masa muscular, que ayuda a quemar más grasa, ya que es sabido que los músculos queman más calorías que la grasa, por lo que estaremos quemando más calorías en forma natural, incluso en reposo. Expertos recomiendan 250 minutos de ejercicio de moderada intensidad por semana o 125 minutos de actividad física intensa para lograr excelentes resultados.

2- Mala alimentación
La ingesta de pan, galletas y azúcares refinados en bebidas dulces y postres provocan una inflamación de nuestro cuerpo. La grasa abdominal está asociada con inflamación, por lo que el consumo de mucha comida procesada hará más difícil la tarea de perder grasa abdominal. Alimentos naturales como frutas, vegetales y cereales integrales tienen antioxidantes, conocidos por sus propiedades antiinflamatorias que ayudan a prevenir la grasa abdominal.

3- Grasas equivocadas
Nuestro cuerpo no reacciona del mismo modo a todas las grasas. Investigaciones revelan que la ingesta frecuente de grasas saturadas (que encontramos en la carne y lácteos, por ejemplo) está vinculada con un aumento de la grasa abdominal, mientras que las grasas monoinsaturadas (como la que encontramos en el aceite de oliva y la palta) y ciertos tipos de grasas poliinsaturadas (omega3, que encontramos en salmón y nueces) tienen efectos antiiflamatorios en el cuerpo, por lo que consumidas en cantidades moderadas son buenas para nuestro organismo.

4- Rutina poco desafiante
Para deshacernos de la grasa abdominal debemos hacer un gran esfuerzo: estudios han demostrado que ejercicios de baja intensidad no representan grandes beneficios en la lucha contra la grasa abdominal. Teniendo en cuenta que el objetivo es quemar más calorías, debemos apuntar a una rutina de ejercicio intensa, quemando más calorías en menos tiempo.

5- Ejercicios incorrectos
Hacer rutinas interminables de abdominales no es la forma correcta de deshacernos de los últimos centímetros de grasa abdominal. Los especialistas recomiendan hacer ejercicios funcionales que utilicen músculos tanto del abdomen como de la espalda, la pelvis y otras zonas del cuerpo. Estos ejercicios usan más músculos, por lo que hay mayor quema de calorías.

6- Estrés
El trabajo, la pareja, los hijos y las dificultades económicas, entre otras fuentes de estrés, pueden ser el gran obstáculo que te separa de un abdomen plano: tener mucho estrés hace que perder peso sea más difícil. Y no se trata solamente al hecho de que en situaciones de estrés nos alimentamos peor y apuntamos a comidas abundantes en grasas, sino que además existe una hormona del estrés, el cortisol, que puede incrementar la cantidad de grasa en nuestro cuerpo.

7- Descanso insuficiente
Muchos argentinos tienen malos hábitos de descanso, durmiendo menos de seis horas al día. Un estudio en el que participaron más de 70.000 mujeres demostró que quienes duermen cinco horas por noche en promedio tienen mayor tendencia a subir de peso si se las compara con mujeres que duermen un promedio de siete horas por noche. Los especialistas aconsejan descansar un mínimo de entre siete y ocho horas por noche.

8- Edad
A medida que envejecemos, nuestro cuerpo cambio y se modifica el modo en que ganamos y perdemos peso. Tanto hombres como mujeres experimentan una disminución en el índice metabólico a medida que envejecen. Además suelen cambiar las cifras asociadas a la cantidad de calorías que requiere nuestro organismo para funcionar normalmente. Sumado a esto, las mujeres deben enfrentar la menopausia, una etapa en la que se suele subir de peso, acumulando buena parte de la grasa en la zona abdominal. En la menopausia la producción de las hormonas progesterona y estrógeno se reduce y los niveles de testosterona también registran un descenso. Estos cambios hormonales provocan en las mujeres un incremento de grasa en el área del abdomen. Sin embargo es importante remarcar que podemos tomar medidas para evitar este aumento graso, modificando nuestra dieta y haciendo actividad física periódicamente. El error está en pensar que la batalla está perdida a partir de cierta edad.

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